Para
iniciar este relato
quiero plasmar que
“mi total vocación
desde niño fue
ser maestro”. Empecé
con este bonito
camino desde niño,
cuando estudié la
primaria me gustaba ayudar
a mis vecinos a leer,
recuerdo que iba un
vecino a verme
a la casa y nos pasábamos la tarde tratando
de estudiar, por mi
parte, le prestaba mis materiales que en
la escuela primaria
me daban y
con ayuda de
estos le enseñaba a leer. Pasaron
los años y
tuve la oportunidad de
estudiar la normal
superior en la ciudad
de Tlatlauquitepec, en esta
escuela estuve 4 años
de los cuales
me enriquecí de
muchos conocimientos, pero
más que conocimientos
me permitió conocer la
percepción de muchos
compañeros y maestros. Cuando
me gradué de la
licenciatura ingresé 6 meses
después al servicio
docente, nuevas experiencias llegaron
a mi, me permitió ponerme
en contacto directo con
alumno y padres
de origen indígena, me permitió
cambiar mi visión
del mundo y
del trabajo, me permitió
humanizarme y con
el paso del tiempo volver
a reafirmar mi vocación como docente. El
contacto con mis
compañeros me permitió valorar las
diferentes formas de percibir
la educación. Solo
quiero decir que
la preparación, la vocación
y sobre
todo la actitud nos lleva
un paso adelante
en este bonito
camino que es la educación.
Compañero Alfonso.Tu vocación de servicio a favor de la docencia,te hace ser mejor cada día,ayudar al que te necesita y compartes lo que sabes.Que bueno compañero que decides estudiar lo que te gusta,recuerda que siempre seremos estudiantes,no declines, que tu preparación y actitud te haga llegar a las metas propuestas y estas las compartas con los que te rodean y requieren de tu apoyo.No hay mayor satisfacción que la de trabajar,enseñar y ayudar.Nuestros alumnos confian en nosotros y tienen la esperanza de ser mejores cada día.
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